Oración por excelencia para mostrar nuestro arrepentimiento ante nuestras faltas contra Dios , contra nosotros mismos y contra el prójimo. Se ofrece material adicional donde se indica que hacer sino se dispone de arrepentimiento, los mandamientos y en que consiste el sacramento de la confesión y los pasos para una buena confesión.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Otra versión conocida del acto de contrición es la siguiente:
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Para casos de emergencia:
Dios mío, perdóname.
El reconocido Padre Jorge Loring promovió mucho en vida esta breve pero valiosísima oración para casos de muerte inminente. En este video explicativo encontrará testimonios de este acto de contrición condensado.
¿No te sientes arrepentido de tus pecados?
Solicita entonces el don del arrepentimiento al Espíritu Santo y reza la Coronilla de la Divina Misericordia, la mejor herramienta para acceder a la misericordia de Dios.
«Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. » Ezequiel 36,26-27
« ¡Vuélvenos hacia ti, Señor, y volveremos: renueva nuestros días como en los tiempos pasados! » Lamentaciones 5,21
A continuación una cita del diario de Santa María Faustina Kowalska:
“Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.” Diario 687
“Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador.” Diario 1541
¿Cuáles son los Diez Mandamientos de la Ley de Dios?
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.
¿Qué es el Sacramento de la Reconciliación o Confesión?
La confesión es el Sacramento en el cual por medio de la absolución del sacerdote, recibimos el perdón de nuestros pecados si los confesamos arrepentidos. Jesús declara a sus ministros:
«Reciban el Espíritu Santo: a quienes ustedes perdonen sus pecados, queden perdonados, y a quienes se los retengan, queden retenidos»
Juan 20,22-23
¿Qué pasos debo seguir para una buena confesión?
Antes de confesarte verifica que mandamientos has incumplido haciendo un examen de conciencia. Debes estar arrepentido, sino dispones de arrepentimiento solicítale a Dios que imprima en tu corazón verdadero dolor por tus pecados y propósito firme de no volver a cometerlos, es recomendable la oración Coronilla a la Divina Misericordia. Habiendo realizado el examen de conciencia, el dolor por los pecados cometidos y el propósito de enmienda, ya puedes confesarte apropiadamente. El sacerdote te saludara diciendo «Ave María Purísima» a lo que has de responder «Sin pecado original concebida». Se inicia con sinceridad el relato o la mención de los pecados cometidos. Procura que la confesión sea breve, clara y completa.
Hoy el Señor me dijo: Cuando te acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi Misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma. Cada vez que vas a confesarte, sumérgete toda en Mi misericordia con gran confianza para que pueda derramar sobre tu alma la generosidad de Mi gracia. Cuando te acercas a la confesión debes saber que Yo Mismo te espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se encuentra con Dios de la misericordia. Di a las almas que de esta Fuente de la Misericordia las almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites. Los torrentes de Mi gracia inundan las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes. (Diario Sor Faustina, 1602).
¿Qué hacer si el sacerdote de mi parroquia se niega o evita confesar?
En ese caso particular lo primero que debe hacer es preguntarle al sacerdote cuando le vendría bien confesar, si no existe razón real y de peso para que no confiese y no ofrece alternativas para confesar sino que busca evadir su responsabilidad, le puede recordar el compromiso que tomó el día de su ordenación, si esto no es suficiente, tendrá mientras tanto que buscar otras parroquias cercanas donde confesarse y enviar una carta o email al obispo de su diócesis para informar que existe un sacerdote que no es fiel al compromiso que adquirió el día de su ordenación. De cualquier modo lo más efectivo es siempre orar y persuadir.
Rito de Ordenación: «¿Estas dispuesto a presidir con piedad y fielmente la celebración de los misterios de Cristo, especialmente el del sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la reconciliación, para alabanza de Dios y santificación del pueblo cristiano, según la tradición de la Iglesia?»
Código de Derecho Canónico: 986 § 1. Todos los que, por su oficio, tienen encomendada la cura de almas, están obligados a proveer que se oiga en confesión a los fieles que les están confiados y que lo pidan razonablemente; y a que se les dé la oportunidad de acercarse a la confesión individual, en días y horas determinadas que les resulten asequibles. § 2. Si urge la necesidad todo confesor está obligado a oír las confesiones de los fieles; y, en peligro de muerte, cualquier sacerdote.
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Material adicional
- Guía para evaluar pecados según cada mandamiento
- San Josemaría nos habla de la confesión
- Acercándonos al Señor
- Sobre el abuso a la Divina Misericordia por San Alfonso María de Ligorio doctor de la Iglesia
Fin del artículo sobre el Acto de Contricción